Estoy muy conciente que las “recetas para ejercer una clase” hoy en día no son muy efectivas, puesto que aquí juega un rol fundamental el contexto, sin embargo, lo que se puede lograr con el producto de una ingeniería didáctica es un avance, apoyo y muy grande ayuda a todos aquellos/as que ejercemos o ejerceremos la docencia en matemática. Pero como bien se dijo, hoy en Chile esta ciencia está recién dándose a conocer, y por lo tanto, no existen investigaciones que proporcionen a los profesores/as de esta área a conocer cuáles son las falencias más comunes o cómo debiera enseñar tal o cual contenido; recién en estos últimos años hemos visto un realce o importancia al aprendizaje de las matemáticas y me imagino que los que lo hacen son didactas o matemáticos propiamente tal que han decidido enfocar sus estudios en esto.
Como profesores ¿qué hacemos? ¿Esperar a que lleguen investigaciones a nuestras manos y tomar la “receta”? Considero que esto no debiera ser así (y con esto no estoy menoscabando las publicaciones, que son un gran aporte), si pudiéramos también aportar en el aprendizaje de la matemática creo que estaríamos en otra esfera de la enseñanza de esta especialidad. Sin embargo, también soy conciente que un profesor/a, con el rol de enseñar en el área, preocuparse por los/as estudiantes, planificar, etc.; no puede hacer de “súper profesor” y a la vez dedicarse a la investigación (aunque hay personas que lo hacen), si bien un profesor/a mira la realidad, hace análisis de los aprendizajes y errores de los/as estudiantes, diseña estrategias metodológicas, experimenta y, analiza y evalúa el producto, considero que la mayor debilidad se encuentra en ésta última, por los elementos mencionados anteriormente.