lunes, 23 de abril de 2007

¿POR QUÉ ESTUDIAR MATEMÁTICA?

Al leer el texto “Estudiar Matemáticas: el eslabón perdido entre enseñanza y aprendizaje” de Chevellard, por primera vez encontré en un texto de estas características argumentos que me convencían que es necesario aprender esta disciplina. Sin duda alguna la he considerado y considero importante, pero al encontrarme con una gran cantidad de jóvenes desmotivados a estudiar y aprender matemática me estaba rondando el pensamiento de por qué se enseña. Este autor da una clara respuesta a esta interrogante que se hacen algunas personas, el menciona lo siguiente: “la presencia de las matemáticas en la escuela es una consecuencia de su presencia en la sociedad y, por lo tanto, las necesidades matemáticas que surgen en la escuela deberían estar subordinadas a las necesidades matemáticas de vida en la sociedad.”

Esto me hizo pensar en mi comentario de hace algunas semanas atrás en el que mencionaba a la teoría y la práctica como pilar importante para un profesor/a de calidad, en este comentario mencioné que la práctica era una consecuencia de la teoría, lo que fue rebatido por la profesora que mencionó que el proceso era inverso. Me quedé pensando un largo rato en esto y asumí mi error, no había pensado en la iniciación de la matemática que comenzó con práctica para luego teorizarla, y es esto lo que en mi praxis no he estado cumpliendo. No me queda más que darme un vuelco en este sentido, si bien considero que la matemática como disciplina científica está presente en muchas áreas, no he estado cumpliendo mi rol de hacerla “útil”, en el sentido de que no estoy subordinando lo que en la escuela se hace en relación con la sociedad.

Como profesor debo crear o idear estrategias didácticas que hagan el nexo entre escuela y sociedad, tal como lo plantea el paradigma curricular sociocrítico, y con esto tratar de no caer en lo que el Chevellard menciona como “enfermedad didáctica”. Si esto ocurre creo que la enfermedad puede ser infectocontagiosa y derivarse en una enfermedad grave en los y las estudiantes que se enfrentan a esta disciplina semana a semana que es la DESMOTIVACIÓN. Considero que es necesario asumir un compromiso el que como profesor, junto con mis estudiantes, hagamos matemática dentro del aula; tomando elementos que están en nuestra sociedad y contingencia e ideemos planes para mejorarla e incluso soñar con cambiar algo. Debo confesar eso sí, que no es fácil, el sólo hecho de entrar a una sala de clases con el logo de “profesor de matemática” ya desmotiva a una gran cantidad; cómo lograr que esto se haga de manera innovadora, creativa y agradable, aún no lo sé; sin embargo el desafío está dentro de mí.

2 comentarios:

Alicia dijo...

Erich, me alegra que a partir de tu reflexión me 'creyeras' y no sólo por ser la autoridad.
También espero que no te olvides que el aprendizaje significativo-concepto tan manoseado- en matemática tiene que ver con su utilidad. Sé que no es fácil mostrar la matemática funcional a los estudiantes, pero es en ese reto donde demostramos nuestra profesionalidad: investigando, indagando, ideando, creando nuevas formas de enseñar y aprender. Ahí es donde radica nuestro compromiso. No decaigas antes de comenzar, que nos quedan muchos años para aportar a la enseñanza y el aprendizaje de la matemática escolar.

Diego Nesci dijo...

Bueno, por lo visto entré en un blog de matemáticos. Yo quería comentarles que mi formación Universitaria es Contador Público, con lo cual la matemática es accesoria a mi incumbencia profesional, y seguramente de mucho menos complejidad que la matemática que aprende un un profesor de matemática.
En cuanto a mis hobbies está, el estudio de la guitarra (con lo cual tengo matemática básica aplicada) y la filosofía (la cual se relaciona con la matemática solamente en cuanto a que en la antiguedad había muchos filósofos que eran matemáticos). Lo que yo puedo aportar al caso planteado es que estoy por comenzar un estudio autodidáctico, de la matemática, y de las ciencias físicas y químicas, siendo mi único sentido, el placer de descubrir. Ahora si uno quiere encontrarle aplicación a la matemática, las mismas se aplican a infinidades de disciplinas.
Los alumnos debieran motivarse sabiendo que la matemática, se aplica a la mayoría de las carreras universitarias (contador, Arquitecto,Médico. Químico, Físico). Inclusive hasta un abogado tiene que saber cuáles son sus honorarios, y va a necesitar para eso saber porcentajes, y calcular intereses resarcitorios y punitorios.
Y cuando un alumno pregunta para que me sirve las integrales , la respuesta va a ser que lo van a tener que estudiar en la universidad. Y en la Universidad seguramente lo va a tener que aplicar (Ingeniería, Física,Química), en desarrollos industriales.
Hasta un comerciante hoy en día necesita hacer los costos de su comercio.
Hasta una persona necesitar gerenciar los gastos de su hogar.
Y si las integrales no las va a aplicar porque va a ser literato, seguramente a medida que el alumno va creciendo, va a cambiar varias veces de vocación.
Además, hay que tener en cuenta que con el incremento de la edad, las neuronas van disminuyendo, y entonces la cantidad de relaciones entre ellas debe ser mayor, para compensar la pérdida. Y Para aumentar las relaciones neuronales, nada mejor que hacer trabajar el cerebro, con experiencias nuevas, y con ejercicios o juegos que nos hagan pensar (Ajedrez)
Además, mientras uno está pensando en estas cuestiones, invierte su tiempo sanamente sin molestar a nadie, sin drogarse, sin tomar en exceso, y se siente con una potencia intelectual, que puede afrontar casi cualquier problema cotidiano en la vida, con gran entereza y lucidez, y con un nivel de pensamiento que solo una mente acostumbrada a la matemática puede tener.
También se aplica la matemática a la pintura. ¿Qué es la divina proporción? ¿La divina proporción de Da Vinci, no es una relación matemática?
¿Es que los seres humanos vamos perdiendo la alegría de ir descubriendo lo que nos rodea?
Yo espero que haya cada vez más gente que sienta la necesidad de desarrollarse en múltiples direcciones, para no sentir de que vivió en vano.
Cordiales saludos
Diego Nesci